A la salida de la estación del Metro San Juan de Letrán se concentra a diario un grupo de personas que se dedica a extorsionar a algunos de los cientos de transeúntes que recorren este sector del Eje Central.
El modus operandi es el siguiente: alrededor de diez individuos (hombres y mujeres) se forman a las afueras de la Plaza de la Tecnología, todos con un celular en mano.
Cuando una persona pasa frente a ellos, uno de los extorsionadores la sujeta del brazo con la intención de mostrar este celular “nuevo” para vendérselo, cuando la víctima pide que lo suelten, el vendedor se niega y ambos comienzan un forcejeo. Es entonces cuando el victimario deja caer el celular al piso y reclama al transeúnte que se lo pague ya que se rompió. El celular ya estaba roto desde antes.
Los demás extorsionadores rodean a su víctima y lo llevan al interior de la Plaza de la Tecnología para despojarlo de sus pertenencias como “pago por haber roto el celular” que previamente le habían mostrado.
Adentro de la plaza vigilan elementos de la Policía Bancaria Industrial, los cuales según se observó, llevan buena relación con estos sujetos con los que incluso ríen y bromean.
La manera de operar de esta banda es tan evidente que, cualquiera que transite por esta cuadra, se puede dar cuenta de lo que ocurre, excepto los elementos policiacos ya que no están presentes en este punto rojo de la delincuencia.
En cuestión de cinco minutos los estafadores intentan detener alrededor de 20 personas, de las cuales por lo menos dos se detienen a forcejear y comienza todo el show montado por estos individuos.
En uno de los atracos, dos jóvenes solicitaron a un elemento del cuerpo de granaderos que acudiera a este sector ya que pensaban que los sujetos estaban cometiendo un asalto. Este llegó cuando un hombre estaba siendo abordado por ocho personas que le exigían el pago del celular roto.
El granadero logró que dejaran ir a la víctima y por un espacio de cinco minutos se puso a dialogar con los estafadores. Finalmente le pidió a uno de estos sujetos que se retirara del lugar y este ingresó a las instalaciones del Metro San Juan de Letrán. Ya adentro de ésta, se puso a platicar con un miembro de la policía bancaria quien se encargaba de resguardar la estación y finalmente salió por el lado contrario y siguió trabajando sin ningún problema.
Al cuestionar al elemento de seguridad que conversó con los estafadores acerca del modus operandi de esta banda, aseguró que no puede ejercer ninguna acción ni detener a nadie ya que debido a la forma tan cuidadosa en la que actúan es casi imposible imputarles alguna responsabilidad. La única manera es que las víctimas denuncien pero casi nadie lo hace, afirmó.
La organización con la que este equipo opera en esta cuadra entre las calles de Venustiano Carranza y República de Uruguay es envidiable. Cada elemento tiene bien asignada una tarea que cumplen a la perfección.
Están los que vigilan, incluso desde el otro lado de la calle, que nadie siquiera intente perjudicar de alguna manera su trabajo o en el caso de que algún elemento policiaco se vaya a acercar, da el pitazo para que todos los individuos del equipo paren lo que están haciendo.
También participan como distractor los que operan el juego de “¿Dónde quedó la bolita?” en donde un significante grupo de personas se aglomera para perder su dinero en cuestión de segundos al resultar estafados por la ya antigua técnica utilizada por estos individuos. En este equipo también figura la señora encargada de vender las lámparas de descarga eléctrica. Todos se apoyan, son solidarios.
Este trayecto se convirtió en tierra de nadie gracias a la poca vigilancia y estos grupos delictivos se aprovechan de las personas que a diario circulan por aquí y que son víctimas de múltiples métodos de estafa que casi todos conocen pero en donde nadie hace nada. Fuente: http://ciudadanosenred.com.mx